domingo, 8 de abril de 2012

Getting ready...

La verdad es que en ningún momento estuve nerviosa por la operación. Para mi es la parte más fácil de todo el proceso, una montañita pequeña a saltar comparada con la montaña que veo cuando pienso en la quimioterapia.

El anestesista me dijo que si estaba nerviosa, me podía tomar alguna pastilla para descansar y relajarme los días antes, pero no me hizo falta. Estar con los niños y Blase era mi relajante, mi pastillita..

En un principio pensé en contarles a mis hijos que mami iba al hospital, pero cuando llegó el momentó no vi porque tenía que preocuparlos y les dije que me iba a cenar con "daddy". Con 4 (Mia los cumplió el día 7 de marzo) y 2 años tampoco creo que lo entendieran del todo. Así que la noche del 27 dejé a los niños en casa de mis padres y me fui a casa a preparar todo para el hospital. Creo que ha sido uno de los momentos más duros hasta la fecha, decirles adiós a los niños, aunque sabía que todo iba a ir bien, me sentía culpable por no decirles la verdad y por no saber cuantos días estaría sin verlos!!!

Aquella mañana me había ido a inyectar el contraste para la prueba del ganglio centinela, y dependiendo del resultado, supongo que también dependían los días que pasaría en el hospital. Las ecografías mostraban los ganglios limpios, pero...

Tuve mi ratito de escape con Meli, mi mejor amiga de la universidad, y pobrecita, descargué con ella unas lagrimillas de última hora!!! Me fue muy bien estar con ella.
Luego cené con mi marido y vimos una peli tonta (Zoolander, que siempre me ha hecho reir). Nos fuimos a dormir prontito pues a las 7 de la mañana teníamos que ingresar en Vall d'Hebron.

No me costó dormir...

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